martes, 5 de abril de 2016

Rusia, Italia y la UNESCO se ponen en marcha hacia la futura reconstrucción de Palmira


Fue recuperada a fines de marzo por el ejército sirio que expulsó a los terroristas de Dáesh (Estado Islámico) que en octubre del 2015 ocuparon la ciudad arqueológica, dinamitando reliquias invaluables para la historia de la humanidad como son los templos de Beliceno o Baal (antigua divinidad sirio-cananea), un mítico arco del triunfo erigido por Roma en honor a sus victorias sobre los persas en la región y un complejo de torres funerarias. Hoy la milenaria Palmira, ciudad de encuentro y desencuentro entre el occidente greco-romano y el mundo persa, respira nuevamente la enigmática parsimonia de los museos y camposantos, habiendo resistido -una vez más- el fisgoneo de los mortales y la estupidez de los milicianos.

Apenas fue liberada del yugo islamista, María Zajárova -ministra de asuntos exteriores de Rusia- anunció que se presentaría a la UNESCO un proyecto de reconstrucción de Palmira. El entusiasmo por la liberación y potencial reconstrucción de aquel enclave arqueológico de 4000 años no fue compartido por el Consejo de Seguridad de la ONU que vetó el proyecto, razón que motivó a Zajárova a declarar que "ellos (los estados Occidentales) no están interesados en el proceso de liberación de Siria de los terroristas, ni en la promoción del proceso de paz en estas tierras. Ni siquiera en los valores culturales, ni en mucho de aquello que declaran habitualmente. Detrás de todo hay exclusivamente un interés geopolítico suyo"

Felizmente, la llamada de la UNESCO fue replicada por el presidente Vladimir Putin que prometió ayuda económica en la reconstrucción de los monumentos y del ministro de asuntos exteriores de Italia, Paolo Gentolini quien firmó un memorando que prevé la posibilidad de afianzar el contingente italiano en Unite4Heritage ("Unir el Patrimonio"), iniciativa también llamada "los cascos azules de la cultura" cuya función será cumplir in situ las obras de salvaguarda y reconstrucción de Palmira, comenzando por desactivar minas anti-personales sembradas por Dáesh  en la circunscripción. 

Las labores de reedificación en Palmira llevarán al menos cinco años según el juicio de los expertos, complicando aún más la tragedia el hecho de que muchas estatuas y fragmentos fueron comerciadas vía mercado negro por miembros de Dáesh hacia Estados Unidos y Europa, con el fin de ornamentar la colección privada de los más pudientes anticuarios. 

Cabe preguntarse hasta qué límites la agobiante apatía del ser contemporáneo, nuestro materialismo febril, nuestra cabal ignorancia y   nulo respeto por nuestra propia herencia -que es huella perenne entre la cosmovisión de nuestros antepasados y el porvenir de nuestros descendientes- es responsable por llevarnos a este tan dramático estadio del kali-iuga, donde quienes optamos por el silencio seguimos impávidos e indolentes frente a los sufrimientos de la guerra y de brazos cruzados ante ultraje de la historia, otros: los terroristas, tienen el descaro de destruir "monumentos infieles" dado que su incultura apenas difiere de los animales, mientras los "cultos", los "ricos" y los "poderosos" que a la sazón son nuestras clases gobernantes, continúan beneficiándose de la infamia, arrasando y adueñándose de tesoros que son legado de toda la humanidad. Ayer fue el patrimonio de Iraq, hoy el de Siria, ¿que vendrá mañana?.

1 comentario:

  1. tienes mucha razón ,es demasiado indignante ver como estas guerras por el pertroleo destruyen sin tregua paises enteros con sus culturas para mantener en actividad el motor del progreso. Perdimos además de la vergüenza la capacidad de asombro y esto es lo mas desolador , hoy nadie se juega más allá de su pellejo y es la razón de porque vivimos cada dia con más miedo y desconfianza de nosotros mismos. Es triste, muy triste, creo que no sólo hemos perdido algo de patrimonio cultural sin que nos importara demasiado, lo en verdad alarmante es que día a día estamos perdiendo el principal de los patrimonios que es la humanidad. Seguí adelante, LEO.

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