
Yemen, baluarte histórico del mundo árabe, cuna del comercio global, allá donde las grandes rutas tuvieron su génesis, conectando las copiosas caravanas provenientes de la Arabia profunda, el Magreb y las costas del Mediterráneo oriental con el cuerno de África y el distante Océano Índico, en un indicio de globalización, con ciudades copadas de oro, café, incienso, dátiles, miel y especias provenientes de todo el mundo conocido y estimado por los prestigiosos sabeos: raza de marinos y mercaderes que floreció entre los siglos XIII a.C. y VI d.C. interactuando con todas las grandes civilizaciones clásicas, sin ser controlados por ellas (persas, griegos, romanos, bizantinos, civilización islámica, civilización del Valle del Indo, el Imperio Kushán y los aksumitas de Eritrea, entre otros) de las cuales tomó inspiración para el desarrollo de su arquitectura única, en grandes núcleos urbanos como Shibam ("la Manhattan del desierto"), Saná, Adén y Mokha, otrora abiertas al mundo y donde el encanto de Oriente, la tradición oral, las historias de viajeros medievales y cuentos como el de Las Mil y una Noches encontraron su plenitud.
Naturales de la "Arabia Feliz" (Arabia Félix), descrita por Heródoto en el siglo V a.C. como una tierra exótica, próspera y afamada por su comercio y grandilocuencia, nada logra opacar el orgullo y nobleza de espíritu entre estos descendientes de la Reina de Saba, siglos atrás una nación bendecida por la abundancia y el esplendor que aplaudiera hace 2,5 milenios el célebre historiador griego. Hoy siendo Yemen el país más pobre del mundo árabe, un pueblo devastado por las guerras civiles, regionales (intervención de Arabia Saudita y los Emiratos, con soporte de Qatar, Bahrein, Egipto, Sudán, Marruecos y Senegal) e imperialistas (escalada bélica en el Mar Rojo frente al poderoso entente sionista-estadounidense), sigue dando lecciones de una integridad e hidalguía admirables, que no conocen ni las repulsivas petromonarquías del Golfo, ni los demás países lacayos como Egipto, Jordania o el reino de Marruecos, rendidos al poder económico y silentes ante el expansionismo israelí y los abusos cometidos en toda la media luna fértil (uso de armamento prohibido como el fósforo blanco en el sur del Líbano, ataques cotidianos contra Siria, genocidio en Gaza, crímenes, edificaciones ilegales y violación intermitente de los DD.HH en Cisjordania...).
Con la causa palestina en el alma, "hasta el último yemení" han prometido luchar y dar su vida los valientes guerreros hutíes, dignos partidarios del Imán Alí, verdaderos musulmanes y mujahides chiíes que literalmente no temen a la muerte ni enfrentar a gigantes blindados como la Armada estadounidense, británica, los acorazados de la UE, al régimen sionista y a los no menos poderosos saudíes y emiratíes, conjunto de invasores que ha resultado humillado en variadas ocasiones por el poder de fuego hutí y su arrojo en la guerra, con precarias armas como la jambiya o sable yemení y las AK-47 -tal vitales como el pan- o sus misiles balísticos y de crucero, confeccionados con más anhelo e ingenio que recursos. Desde 2004 a 2025, los hutíes han condensado una serie de logros significativos, a mencionar: la toma de Saná y expulsión del dictador al-Hadi, resistencia a la coalición saudita en 2015 y ataque a refinerías del Golfo cuatro años más tarde, intensificación de operaciones en el Mar Rojo a partir del 2023, con ataques precisos sobre buques de bandera israelí o sus aliados, en solidaridad con Palestina y éxitos militares simbólicos y altamente operativos como el secuestro del Galaxy Leader, ataque con misiles y daño relevante al portaaviones Eisenhower, lanzamiento de misiles hipersónicos sobre Tel Aviv y tenaz resistencia a los bombardeos británicos y estadounidenses sobre Saná, Hodeida, Thaiz, Dhamar y Saada.
Un pueblo y facción religiosa tan audaz no puede menos que ser comandada por un líder doblemente decidido y gallardo como es el zaidí Abdul Malik al-Houthi, quien respecto a las represalias imperialistas por el bloqueo a los navíos en el Mar Rojo, ha declarado: "somos conscientes de que enfrentarnos a Israel nos costará caro porque es el niño mimado de EE.UU., pero no nos rendiremos" ; "seguiremos imponiendo un bloqueo naval al enemigo israelí y nuestras operaciones no cesarán hasta que la ayuda humanitaria llegue a Gaza" ; "si la agresión estadounidense continúa, pasaremos a opciones de escalada adicionales, nuestras fuerzas no dudarán en atacar a todos los buques de guerra estadounidenses en el Mar Rojo y el Mar Arábigo". El bravo pueblo yemení que hoy por hoy no posee mayor riqueza que su profunda humanidad y ferviente temor de Dios, jamás ha inclinado la rodilla ante ninguna hegemonía temporal, no pudieron adherir Yemen ni los persas, ni los griegos ni los romanos que tanto la ambicionaron por su posición estratégica de boca a las grandes rutas comerciales de la antigüedad, y el dominio otomano fue altamente oneroso y limitado, lecciones de historia bien sabidas por estos hombres de montaña resistentes como el acero y en cuyos corazones reside una riqueza muy superior a todo el petróleo enquistado en el Golfo Pérsico o los intereses creados de la banca sionista. Yemen, orgullo del mundo árabe vencerá!, el tiempo sopla en su dirección.
Celebración día internacional de Al-Quds (Jerusalén) con cerca de 4 millones de yemeníes exigiendo una escalada bélica contra EE.UU. y sus intereses en Medio Oriente. Centenares de activistas occidentales se sumaron a la actividad (28/03/2025).